Cómplices de sueños ajenos
Un emprendedor caleño se dedica a ayudar a cumplir pequeños anhelos para los que, por momentos, no parece haber tiempo. Historia de momentos felices.
Maquillada como una princesa, vestida con un conjunto de lino fucsia, medias veladas y tacones, María Hermelina Neira Fernández de González hace su entrada triunfal por la alfombra de terciopelo rojo, apoyada del brazo de su chambelán, mientras amigos y familiares la aplauden. Está feliz. Al fin cumple el sueño de tener una fiesta de 15, aunque haya tenido que esperar 82 años para vivirla. Todo está registrado en un video.No se trataba del sueño egoísta de una jovencita que se quedó esperando por esa celebración; su anhelo, sobre todo, era ver felices a quienes habían orado por ella pocos días atrás, cuando las dolencias propias de su edad la postraron en cama y ella pensó que nunca más se levantaría. “Dijo que quería esa fiesta para quienes habían pedido por su recuperación y para agradecerle a Dios”, cuenta su nieta Ana Milena. Cerca de 80 invitados, entonces, la acompañaron en el que se convirtió en uno de los momentos más bonitos de su vida: después de que le cantaran sus ‘15 primaveras’ dijo que ya se podía ir tranquila porque les había regalado un día feliz a quienes habían rogado por su salud.
En su época, o la de sus 15, nunca hubo tiempo para pensar en festejos: “Cuando los cumplí, mi mamá me mandó a lavar ropa al río. Siempre estábamos huyendo de la violencia que se llevó a mis dos hermanos…”, cuenta ahora esta nieta de judíos que en épocas de la persecución Nazi se convirtieron en migrantes; primero hacia a España, y luego a Colombia.
Aunque no le haya tocado vivir en carne propia aquella guerra, María Hermelina sí padeció el conflicto que entre conservadores y liberales se desató en Colombia tras la muerte de Gaitán. Historia patria, ya. Los recuerdos que ahora le llenan la vida, por fortuna, son otros: “Ese día –el de su fiesta- parecía una niñita, se aplicaba labial, polvos faciales, preguntaba si había quedado bien maquillada, si el peinado estaba bien”, recuerda una de las 18 nietas que fueron al festejo. Hubo fuegos pirotécnicos. Y por supuesto vals, que ella bailó pese a insistir que, “sus piernas no le responden como antes”; pero lo hicieron.
En parte, tuvo que ver con el temple que siempre ha marcado su vida. En parte –en gran parte- con la planificación de ese día a cargo de un cómplice para todo el sueño: Jhonnatan Martínez Trujillo, un caleño que aunque estudió ingeniería de sistemas en la Universidad Cooperativa de Colombia y trabaja en el departamento de tecnología de una reconocida empresa, se ha convertido, más que nada, en un ‘ejecutor de ideas’. Es simple: Jhonnatan, que hace ocho años fundó la empresa de logística y entretenimiento Pops Recreación, se ha dedicado ese tiempo, sobre todo, a fabricar experiencias para sus clientes: “Hoy día las personas tienen unas vidas tan agitadas y se enfocan tanto en el dinero, en las apariencias, en ascender socialmente, laboralmente, en obtener títulos, que no tienen tiempo para darle felicidad a sus seres queridos”, reflexiona.
Tanta es la dedicación que le ha puesto a ese propósito, que impulsó un proyecto de acompañamiento al que denominó ‘Cómplices de Sueños’. El año pasado, con ese proyecto, ganó el concurso Alianzas para la Innovación Pacífico, convocado por Colciencias y Corfecámaras, a través de la Cámara de Comercio de Cali: “Cómplices de Sueños llega para recordar lo importante que es demostrarle a la mamá, a una abuela, a un primo, a la esposa, a la novia, a un buen amigo, que lo aman. Y que hay tiempo para hacerlo”.
Cómplices de Sueños está compuesto por un staff que trabajando bajo su coordinación, se encarga de perfilar al ‘soñador’ que se verá beneficiado con el cumplimiento de su anhelo; todo para precisar los detalles de un día perfecto, como fue el caso de los 15 años de la abuelita María Hermelina. En el proceso, que puede durar varios días, se investigan los gustos, personalidades y todos los promenores a sincronizar para que las cosas salgan, justamente, como en un sueño.
Hace poco fueron cómplices de una propuesta de matrimonio, por ejemplo. Un miembro del equipo se hizo pasar por el administrador de un restaurante que le dio la peor mesa a la novia hasta crear la atmósfera necesaria para que el novio apareciera como un héroe: el hombre, que se llama José Fernando, la rescató vestido de traje para llevarla a una mesa decorada y, en medio de música romántica, pedirle matrimonio de rodillas. Con el “sí” emocionado de la novia, los Cómplices de Sueños desplegaron una cortinilla de luces electrónicas doradas. Y coordinaron la otra parte de la sorpresa: la entrada de las familias de la pareja, que en secreto llegaron al lugar para acompañarlos en un brindis y fuegos pirotécnicos de fondo.
En otra ocasión todo el equipo se trasladó hasta Bogotá para ayudarle a Yesid Pedraza a ofrecerle un día a ciegas a su esposa. Ella lloraba de emoción después de cada sorpresa: primero un desayuno en un exclusivo restaurante; luego un picnic en el Parque de los Novios, donde el equipo –horas antes- había regado semillas para atraer a los patos del lago y lograr un paisaje fotográfico. Y cuando ella creía que ya lo había visto todo, después de una cena en la terraza de un hotel, el broche de oro fue un beso de película en medio de una pirotecnia amarilla que iluminó la noche.
Para estos ‘cómplices’, dice Jhonnatan, “la principal satisfacción está en las sonrisas de los soñadores”, como ocurrió con la esposa que después de todo un día de sorpresas redescubrió al hombre del que se enamoró hace ya tanto. O la abuela que al fin celebró sus 15, y sobre todo, la vida. La satisfacción de los cómplices está en saber que todavía quedan parejas que quieran jurarse amor en medio de una vida cada vez más agitada. Y en poder hacer parte de ese juramento. La satisfacción está en poder ayudar a otros en cosas tan simples, que en estos tiempos, parecen tan complicadas..